AGUA Y MÁS AGUA
Entre ambas poblaciones hay apenas dos kilómetros, por lo que los chavales fueron a pie hasta Bárcena de la Abadía y a modo de excursión, de modo que al llegar a la playa fluvial pudieron comprobar cómo de gélidas estaban las aguas del río Cúa. Los más atrevidos se dieron un chapuzón, mientras que otros optaron simplemente por mojar los pies o simplemente tomar el sol.
Tras estar la mañana allí, se regresó también andando hasta el Camping "Los perdigones". Para la tarde estaba prevista una fiesta del agua, que se suspendió por hacer excesivo aire. No pasó nada por al día siguiente, sábado, se realizó sin más con los monitores cebándose a echar calderos a los chavales.

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