domingo, 30 de marzo de 2008

Así vieron el partido en...Galicia


EL RECINOR CEDIÓ EN LOS ÚLTIMOS SEGUNDOS TRAS UNA GRAN REMONTADA

Da igual que el Recinor San Rosendo desaprovechase prácticamente dos cuartos y medio en un cúmulo de despropósitos que lo llegó a poner 17 puntos abajo (54-71, min. 27), da igual que despertase de su letargo a tiempo para acometer una titánica remontada, o que lograse empatar el partido a falta de 30 segundos... porque al final, en ese último minuto decisivo, en el que se decidió el encuentro a cara o cruz, la suerte volvió a ser esquiva al grupo ferrolano.


El grupo que prepara Tití calcó el guión de encuentros previos. No tuvo un mal inicio de partido (25-26 en el primer cuarto), pero sesteó en los dos siguientes combinando casi a partes iguales cierta desidia defensiva y un juego de ataque desangelado, impreciso en algunos momentos y deslavazado que lo dejó contra las cuerdas. Afortunadamente, si algo tiene de bueno este equipo es que, a poco que se sienta cómodo sobre la cancha vuelve a “enchufarse” al partido y eso es lo que le pasó en la recta final del tercer cuarto cuando encadenó, en apenas un minuto, tres canastas consecutivas que lo volvieron a ilusionar en el juego.


Así, acometió el último parcial (63-73) como una lucha contrarreloj en la que fue arañando puntos a su rival diversificando sus opciones de ataque y con algún que otro triple muy oportuno. A un minuto para el final, los ferrolanos perdían de seis (86-92), pero un ataque de canasta más adicional y otro en el que anotaron sólo un tiro libre, pero convirtieron el rebote, les permitió igualar la contienda a 92 puntos.


Entonces llegó el desconcierto: el Ciudad de Ponferrada falló su ataque, el Recinor San Rosendo también y, para colmo, cometió personal al intentar atrapar el rechace. Total, dos tiros libres que los visitantes no desaprovecharon con cuatro segundos en el marcador. Dos problemas con el cronómetro dieron más emoción al último ataque ferrolano que se saldó con un tiro a la desesperada que no entró y que dejó a los de Canido sin el premio al que tanto habían opositado.


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