jueves, 10 de enero de 2008

62 horas en Torrelavega

VIERNES: DEBUT Y VICTORIA CON MUCHO SUFRIMIENTO

Toca campana, son las diez de la mañana del viernes 18 de mayo de 2007 y estamos en el “Hotel Torrelavega” a punto de afrontar la cita más importante del Ciudad de Ponferrada en su corta historia. Me asomo a la ventana y veo una panorámica general de la localidad, y el verde frondoso que caracteriza a toda Cantabria, a lo lejos también se divisa por la ventana el estadio de fútbol del “Malecón”.
Nos vamos juntando en el comedor, jugadores, entrenadores y directivos para un desayuno continental en toda regla que nos satisface a todos, mientras vamos intercambiando opiniones de todo tipo. Al acabar ya la prioridad total del equipo es Zarzuela Maristas, el filial del Grupo Capitol de Valladolid y primer rival de la fase de ascenso. El partido sería a las seis de esa misma tarde.

UNA MAÑANA TROPICAL

A las 11 de la mañana jugadores y entrenadores se encierran en una sala del hotel para la charla técnica ya teniendo en mente el partido del debut. Mientras el resto de la expedición decidimos ir a una terraza cercana a tomar un café, si algo nos sorprende es el calor casi tropical que hace esa mañana digna del Mediterráneo; el día invita a pasear y conocer Torrelavega.
A mediodía el Ciudad de Ponferrada tiene reservada una hora de entreno en el pabellón “Vicente Trueba”, escenario de la fase de ascenso y allí se encamina toda la plantilla con la camiseta diseñada para la afición enfundada en la que se puede leer: “Si la metemos ascendemos”.
El escenario motiva, un pabellón coqueto que lleno debía ser una olla a presión. Al llegar, la plantilla se encuentra con el rival de la tarde, Zarzuela Maristas, que finaliza en esos momentos su entrenamiento. Se intercambian saludos entre miembros de uno y otro equipo, y el jugador más determinante de los vallisoletanos, Rubén Alonso, nos explica que ellos han viajado esa misma mañana, que han llegado directos al pabellón y que acto seguido se iban a alojar en su hotel de concentración, que está en la localidad de Suances (a seis kilómetros) ya que en Torrelavega no quedaba plaza alguna. Hemos sido unos afortunados a la hora de avisarnos que quedaban pocas plazas hoteleras en la localidad.
La sesión, principalmente es de tiro y adaptación a la cancha. Mientras otros aprovechábamos ese tiempo para ir a dar un paseo a conocer el centro de la ciudad, con su amplia plaza del Ayuntamiento, y algún edificio muy vistoso. Como decíamos, la mañana invitaba a pasear y tomar algo.
Al tiempo, nos da por comprar los dos diarios locales de allí, el Diario Montañés y el Alerta. En ambos, ninguna referencia a la fase de ascenso a Liga EBA, lo único relacionado con Torrelavega, la celebración del Rally al día siguiente y el decisivo partido de la Gimnástica en “El Malecón” para mantenerse en Segunda “B”. Pero de la fase nada de nada, una pena para una localidad con tradición.

DE LA COMIDA A LA CHARLA DE DELEGADOS.

Regresamos todos al hotel y sobre las dos comemos, un menú ligerito teniendo en cuenta que unas pocas horas después comenzaría la batalla ante Zarzuela Maristas. El ambiente es un poco reservado, con cada uno comentando diferentes cosas con sus correspondientes mesas.
Por cierto, a la hora de comer también aparece Borja Rodríguez, quien había llegado a media mañana a Torrelavega (con Juanma Copano) después de trabajar de noche en Anllares. Ha echado una cabezada pero su rendimiento a priori se prevé inferior a lo que sería en condiciones normales.
Tras la comida, una siesta obligatoria para los jugadores, una nueva charla técnica para terminar de perfilar el partido y el último trabajo antes de partir al pabellón es para Elisa Colomina, la fisio del equipo, que se aplica haciendo vendajes a unos y otros. Mientras directivos y patrocinador aprovechan para matar el tiempo tomando otro café.
Son las cuatro y media de la tarde, queda hora y media para el inicio del encuentro, pero ya estamos en el autobús para ir al pabellón. Un par de calles con sus rotondas, un parque grande y aparece ante nuestros ojos el “Vicente Trueba” al lado del enorme Mercado Nacional de Ganados, que está en Torrelavega.
Todos con sus sudaderas, ya que se ha nublado y en el autobús pocas palabras, bastante tensión prepartido y un poco de música (cortesía de Santi) para amenizar el corto trayecto de cinco minutos.
Entramos por fin todos al “Vicente Trueba” y somos de los primeros, ya que nuestro partido es el que abrirá la fase de ascenso. Mientras dan la llave del vestuario a los jugadores, Jorge Álvarez se atreve a distendir el ambiente contando un chiste, aunque este no acaba teniendo mucho éxito.
Y mientras los jugadores se van al vestuario a prepararse para salir a la pista, en una sala del pabellón, a las cinco de la tarde se celebraba la reunión de delegados de equipos. Una cita de la que muchos suelen “pasar”, pero que nuestro equipo se tomó muy en serio.
Realmente era un trámite, ya que sirvió para facilitarnos las designaciones y establecer las comisiones de competición y arbitral. Pero nuestro equipo solicitó que se respetase el programa en cuanto a “equipos locales” y “visitantes”, ya que por ejemplo en la siguiente jornada contra Merkamueble, los locales éramos nosotros y ello tendría posteriormente su importancia.
Así todo acabó la reunión y ya lo único importante era el primer encuentro contra Zarzuela Maristas.

VICTORIA CON DRAMATISMO Y EN UN PABELLÓN DESIERTO.

El rival era de cuidado, ya que Zarzuela Maristas había acabado líder del grupo de Castilla y León, por delante nuestra y venciendo de forma consecutiva los últimos 13 partidos. Faltaban los 3 júnior (Sergio de la Fuente, Arias y Zamora) que estaban en el Campeonato de España y se especulaba con la posibilidad de que si quedaban eliminados, al disputarse en la cercana localidad de Baracaldo, las siguientes jornadas podrían venir. Aún así la calidad del equipo era importante con Aguilar llevando la manija, postes altos como Pazckowski y sobre todo el artillero Rubén Alonso.
Ambos equipos sabían que el partido era crucial, perderlo no te descartaba de nada pero si te ponía en una situación de clara desventaja y así la tensión era evidente. Sin embargo, la sensación era extraña, ya que al inicio del partido solo estábamos ocho personas en la grada: Los padres de Sergio Laso, lo de Dani García, Jose San Miguel, Luis Daniel, Jaime “Gestiona” y yo. Parecía un encuentro a cancha cerrada.
Y el balón se echó al aire y comenzaba el partido. Ciudad de Ponferrada demostró en los inicios una gran labor de scouting provocando numerosos fallos en los jugadores del filial vallisoletano. Poco a poco se iba abriendo pequeñas diferencias, con un inconmensurable Dani García y Sergio Laso llevando el peso de la anotación. Las cosas iban bien.
La ventaja iba creciendo y parecía un partido extrañamente tranquilo, donde incluso llegábamos a tener 17 puntos de ventaja a falta de escasamente un minuto (47-30). Sin embargo, incomprensiblemente los jugadores bercianos se relajaban en esos instantes finales, donde aparecía Rubén Alonso para reducir la desventaja hasta los diez puntos (47-37) al descanso.
Lo que parecía un bache pasajero se transformó en una tremenda crisis en el tercer cuarto donde el inicio fue desastroso. Los vallisoletanos se ponían por delante, 49-50 y Alberto Miranda tenía que solicitar un tiempo muerto.
La defensa mejoró en ese instante pero el atasco era considerable en ataque y el equipo estaba grogui. Curiosamente en esos instantes la expedición berciana en la grada se daba cuenta de ello y empezaba a animar con todo el alma desde la grada.
El último cuarto fue dramático, primero ventajas vallisoletanas que llegaron hasta los siete puntos. En ese momento apareció Roy Martínez en la dirección y Dani García que con unos triples claves levantaban al equipo. En esta ocasión se llegaba a tener un 71-64 a favor. Sin embargo el partido necesitaba más dramatismo y varios errores defensivos volvían a ceder la igualada, 71-71.
En los últimos instantes los bercianos se aferraron como un clavo ardiendo a las pequeñas ventajas que disponían y la seguridad de Roy en los tiros libres hizo que no se escapase la victoria final (82-78).
Todos respiramos de alivio, no nos esperábamos que el partido tuviese esas vueltas e incluso Jaime Otero tuvo que salir del pabellón tras el descanso ya que no aguantaba la tensión.

MERKAMUEBLE DA EL AVISO ANTE GRUPO COVADONGA

Tras el partido la sensación de alivio era importante, pero los jugadores y técnicos estaban contentos porque esta victoria daba confianza. Además, tras el descanso se habían incorporando otros aficionados como Chema Vecino con su familia y Yenni, una antigua jugadora que trabaja en la vecina población de Corrales y se acercó a presenciar el partido.
Las llamadas se sucedían, todos los que habían quedado en Ponferrada habían escuchado el partido por la Cadena Ser y sufrieron mucho más que nosotros, ya que al no estar viéndolo el dramatismo es mayor.
Con la relajación de haber cumplido, comenzaba a las 20:00 horas el segundo partido, que enfrentaba al anfitrión Merkamueble y al Grupo Covadonga de Gijón. Los de Torrelavega, espoleados por las 800 personas que fueron a verlos ganaron con gran facilidad el partido, destrozando la zona gijonesa y con un gran Paco Masa. Todos lo pudimos ver y en cierta forma asustaba la facilidad con la que los anfitriones habían roto el partido para ganar al final de 18 puntos (80-62). Más cuando el equipo que habían vencido llevaba una racha de 15 partidos invicto. Es decir, los equipos que llevaban más de tres meses sin perder, caían en la primera jornada de fase de ascenso.
Tomamos todos nota y nos fuimos sin más en el autobús al hotel. El día había cambiado de forma radical, del sol tropical de la mañana, el tiempo había empeorado y caía un txiri miri acompañado de frío. También había cambiado las sensaciones en el Ciudad de Ponferrada.

DE LOS CHISTES DE JAIME A DESCANSAR

Inmediatamente después de llegar, nos dispusimos todos a cenar, eran las diez y media de la noche. Y se notaba un tanto de relajación y caras alegres por solventar el primer partido, tanto es así que en la mesa donde estaba Jaime Otero, éste se empezó a arrancar con una serie de chistes sobre asturianos (él es de Oviedo) y después de ver que los que estábamos en su mesa llorábamos de la risa, el resto empezó a interesarse por ese escándalo que estábamos montando.
No conocíamos esa faceta de Jaime y vino bien para distender un día con tensión tremenda a la tarde. Sin embargo la mente de los técnicos ya estaban en el siguiente encuentro contra Merkamueble, que era el que se presentaba clave para lograr el ascenso.
La charla posterior sirvió para concienciar a los jugadores sobre la dureza del equipo cántabro. Se sabía que eran favoritos por ser anfitriones pero también éramos conscientes de que teníamos nuestras serias posibilidades.
Posteriormente turno para los masajes de Elisa Colomina y todos a la cama, que al día siguiente tocaba una jornada mucho más dura. Al ser el primer día y tener todo el fin de semana por delante, algunos directivos optaron por salir a tomar algo tranquilamente, mientras otros quedaban en el hotel buscando información de la fase por internet. Algunos portales cántabros daban ya por muy favoritos al Merkamueble.
Los guerreros estaban descansando, se había superado el primer obstáculo, pero quedaba la “madre de todas las batallas”.

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