viernes, 11 de enero de 2008

62 horas en Torrelavega

SÁBADO: VICTORIOSOS EN LA GRAN BATALLA… PERO NADA HECHO


Es la mañana de una primavera cántabra en Torrelavega, una tierra con cambios bruscos de clima. El día anterior había lucido un sol tropical y en esta ocasión el tiempo estaba feo, el cielo cubierto por nubes bajas y con cierta sensación de frío. A nadie le sobraba la sudadera.
Sin embargo todos sabíamos que probablemente este era el día más importante de la corta historia del Club Baloncesto Ciudad de Ponferrada, ya que se podía encauzar de forma importante o incluso sentenciar ya el ascenso a Liga EBA. Muchos ya teníamos mariposas en el estómago desde primera hora, esperando que llegasen las seis de la tarde para afrontar la gran batalla contra Merkamueble.

VUELTA A LAS RUTINAS POR LA MAÑANA

En esta ocasión nos levantamos a una hora prudentemente temprana. Son las nueve de la mañana, nos hemos acostado todos temprano y no tiene sentido levantarnos más tarde. Rápidamente nos vamos a desayunar, y al ser un bufete todos coincidimos con todos y hay ciertos ánimos y optimismo moderado, ya que la victoria ante Zarzuela Maristas ha tenido un gran valor moral.

Al finalizar este desayuno ya toca meterse en partido, aunque aún queden casi ocho horas. Unos cuantos directivos vamos a tomar un café (se consumirían muchos en esta jornada) y a intentar evadirnos, mientras que Alberto Miranda tiene la primera charla con sus jugadores. En Torrelavega se ven como favoritos después de la contundente victoria de la primera jornada ante el Grupo Covadonga, y además Merkamueble es un un equipo duro y veterano y el equipo debe saber sobreponerse a estas circunstancias y a cualquier factor externo.

Durante la temporada, equipos de esas mismas características, como Martín Villa San Andrés o C.B. Juncos, se han atravesado considerablemente a los bercianos y esas experiencias deben servir para no descentrarse.

Y es que esta jornada puede ser decisiva. Hay portales locales de internet especializados en baloncesto donde hay cierta euforia y en los que se habla que si Merkamueble gana a la tarde a Ponferrada habría ascenso si en el siguiente encuentro el Grupo Covadonga ganaba a Zarzuela. Pero también podía subir Ciudad de Ponferrada, si vencía a los cántabros y luego los pucelanos vencían al equipo vinculado a Baloncesto Gijón.

Sin embargo, hay que reconocer que el día no es el más propicio para que el equipo anfitrión juegue un partido tan decisivo. Ese mismo día se celebra el Rally Sprint de Cantabria (que congrega mucho público) y a la misma hora la Gimnástica de Torrelavega se jugaba evitar el descenso en “El Malecón” y ante el Racing “B” en un partido de máxima rivalidad. Y mediáticamente se hacía seguimiento a estos dos eventos, pero no a la fase de ascenso a Liga EBA.

MIENTRAS EL EQUIPO HACÍA TIRO, ALGUNOS EVADIÉNDOSE POR EL CENTRO DE TORRELAVEGA.

La tensión de este partido ya se notaba desde la mañana, y tras la charla de Alberto Miranda, tocaba ir al Pabellón “Vicente Trueba” ya que a las 12 del mediodía tocaba la correspondiente sesión de tiro, donde las sensaciones fueron óptimas al cien por cien. Daba incluso la sensación que los aros invitaban a tirar, no escupiendo balones como en otros pabellones.

Mientras el equipo se ejercitaba en el Vicente Trueba, muchos de los directivos que acompañaban al equipo optaron por ir a dar una vuelta por la zona de tapeo de Torrelavega para distender el ambiente y olvidarse por unos momentos del partido. Sin lugar a dudas sirvió para volver a echar unas risas, con Jaime Otero, el gerente de Gestiona en su faceta única de showman. Solo quedaba en el Hotel Celuisma Torrelavega algún directivo intentando recabar información por internet de diverso tipo.

A la una del mediodía era turno para la vuelta para el hotel y tras dejar las cosas, ya era el turno para comer tranquilamente y sin agobios. Nuevo momento para evadirse un poco del partido y con el habitual show de los chistes de Jaime para distender bien el ambiente. Tras este momento era turno para que los jugadores se fueran a descansar a sus habitaciones, mientras los entrenadores preparaban el partido en su habitación y el resto pasaba el rato como podía: Haciendo llamadas, comprando algo en el Carrefour Express que hay debajo del hotel, tomando café… Cada vez estábamos más cerca del partido contra Merkamueble.

LLEGA LA AFICIÓN DE PONFERRADA, Y ALGUNAS INCIDENCIAS ANTES DEL PARTIDO.

Tras la siesta, era turno para la charla técnica antes de partir para el “Vicente Trueba”, incidiendo sobre todo en la forma de preparar el partido contra el equipo de Torrelavega y posteriormente el turno era para los vendajes a los jugadores. Momentos de cierta tensión ya que estaba a punto de empezar tan trascendental encuentro.

A las cuatro y media ya estamos todos fuera del hotel para montar en el autobús de camino al pabellón. Allí aparecen ya algunos aficionados con las camisetas azules que se habían hecho y que ponía “si la metemos, ascendemos”, colegas principalmente de algunos jugadores para dar ánimos.

Nuevamente unos videos musicales para amenizar los cinco minutos de viaje al pabellón y al bajar la primera alegría, con todos los aficionados ponferradinos esperando en la puerta del “Vicente Trueba”. Todos ataviados con sus camisetas azules. Los 28 que han venido en el viaje organizado han llegado para este partido y quedarán a dormir en la cercana localidad de Santillana del Mar. Pero hay muchos más, cerca de cien contando a los que han ido por su cuenta y familiares de los jugadores; sin duda este es un momento bonito hacia la plantilla. Entre ellos también está el concejal de Deportes, Emilio Villanueva.

Entramos para el pabellón y en este caso es Jaime quien cuenta el chiste que ya implantamos como tradición, antes de entrar al vestuario. Curiosamente a pesar de jugar contra el anfitrión, somos nosotros los que figuramos como locales en el programa y esto se convertirá en motivo de disputa antes del partido.

Y es que como ya habíamos advertido el día anterior, íbamos a exigir que se cumpliese el reglamento en su exactitud, y en este sentido reclamaríamos el banquillo de la izquierda (el de local) para el partido. Los jugadores de Merkamueble no admitirían esta circunstancia, queriendo echar a los jugadores y entrenadores de Ciudad de Ponferrada, hasta que llegaron los árbitros y tiraron de reglamento. Aún así, el ayudante de Merkamueble se pondría a tirar en la canasta berciana durante la rueda de calentamiento para intentar descentrar a los bercianos. El encuentro ya comenzaría un tanto caliente.

El ambiente era distinto al del día anterior, con una nutrida representación azul detrás del banquillo berciano y numeroso público local aunque menos del que se esperaba por todos los eventos que había a la misma hora. Presentación de los equipos, el speaker referiéndose a Ciudad de Ponferrada como el equipo de la tierra de los Templarios y todo listo para el partido más importante de la historia del club.

SUDOR, SUFRIMIENTO Y ALEGRÍA AL FINAL DEL PARTIDO

El balón al aire y comienza el partido, ante una hinchada berciana volcada. Maté anota la primera canasta del partido, pero rápidamente las cosas se ponen feas, ya que una serie de malas acciones y contraataques cántabros, ponen mediado el primer cuarto un 2-14 muy preocupante. Alberto Miranda se ve obligado a solicitar su primer tiempo muerto y el panorama es negro; parece que Merkamueble va a ganar con más facilidad de la prevista.

Sin embargo un par de triples de Maté y Roy animaron nuevamente a los bercianos, que vieron como en un abrir y cerrar de ojos suprimían la desventaja inicial, incluso antes de finalizar el primer periodo un contraataque culminado por Laso ponía por primera vez por delante a los bercianos 21-19. Una canasta cántabra ponía el 21-21 de final del periodo.

La tensión se mascaba por todo el “Vicente Trueba”, los cántabros tenían dificultades para superar la defensa zonal berciana, pero empezaba a recurrir al juego subterráneo y a ciertas marrullerías para tratar de descentrar a los bercianos. Ahí Alberto Miranda estuvo muy inteligente sentando a los jugadores que se veía más descentrados por sufrir en sus carnes ese juego. Había precedentes de partidos marrulleros y el técnico salmantino sabía por donde tenía que ir.

La defensa sobre Paco Masa, principal referencia de Merkamueble, era casi perfecta y la principal referencia de los amarillos era su base Rafa Castillo. Se mantenían ventajas entorno a los tres-cuatro puntos y todo estaba en el aire al descanso (40-37), costaba creer que Merkamueble hubiese llegado al bonus de faltas cuando apenas quedaba un minuto. Tocaba sufrir y algunos lo llevaban mejor que otros. Jaime Otero se iría de nuevo al descanso fuera del pabellón por no aguantar los nervios.

Y volvía a empezar el encuentro. Nuevamente Merkamueble haciendo su juego y Álvaro Maté que se convertía en el jugador “on fire” (como diría Andrés Montes) anotando todo lo que le llegaba de tres puntos. Ponferrada conseguía unas primeras rentas importantes de siete-ocho puntos, en un partido donde las defensas predominaban sobre los ataques y con el público berciano volcado. Sin embargo el tercer cuarto acababa de la peor forma posible, con un triple del casi inédito Manuel Díaz y desde nueve metros que volvía a poner una exigua desventaja de tres puntos (54-51) con el público cántabro empezando a creer de nuevo en lo posible.

De nuevo a sufrir tocaba. Pero era solo momentáneo. Comenzaba el último cuarto y de nuevo el mismo esquema con triples de Álvaro Maté, y Sergio Laso se colgaba del aro para poner una renta impresionante de once puntos con el público berciano ya saltando de alegría.

El resto del encuentro fue de mantener la renta, viendo discurrir los minutos, donde los bercianos no lograban romper el partido, pero Merkamueble no se acercaba más allá de los siete puntos, por la brillante defensa berciana. Había que apretar los dientes y defender esa ventaja que podía dar la victoria más importante de los cinco años de existencia de Ciudad de Ponferrada.

Pero parecía que el signo del partido era sufrir. A falta de minuto y medio para el final, un triple de Alberto Liaño ponía a su equipo a cuatro puntos, y levantaba a un pabellón que no había animado tanto hasta entonces. Pero Raúl Respuela cometía una clara falta antideportiva en la acción posterior sobre Borja Rodríguez, golpeándole por detrás, y perdía los nervios señalándose una técnica.

Ahí se acababa el partido, de nuevo Ponferrada conseguía una renta importante y había que dejar transcurrir el tiempo a pesar que los cántabros llegaban a hacer unas faltas totalmente fuera de sitio, incluyendo zancadillas. Pero el trabajo estaba hecho y solo quedaba dejar pasar el tiempo sin entrar al trapo.

Dos segundos, tiros libres para Castillo que anota y suena la bocina. 71-64 y se desataba la alegría, todos abrazándose con todos y saltando en el medio de la pista. La victoria había sido muy trabajada se descargaba y alguno ya quería celebrar el ascenso, y en ese punto ya había voces como la del entrenador que rápidamente pidió prudencia. Todavía el ascenso no era matemático.

Al acabar el partido, el entrenador de Zarzuela Maristas, Pepe Calvo, felicitaba a la expedición berciana. Le tocaba jugar a continuación, pero ya se habían quedado sin opciones de ascenso y de todas formas, finalmente no había desplazado a sus tres jugadores júnior a pesar que el Grupo Capitol ya había sido eliminado del Campeonato de España

GRUPO COVADONGA EVITA QUE PONFERRADA CANTE EL ALIRÓN

A pesar de la euforia, para que Ciudad de Ponferrada ascendiese sin jugar el último encuentro, Zarzuela Maristas debía ganar a un Grupo Covadonga que había dejado una pobre imagen en la primera jornada, cayendo de 18 puntos con Merkamueble. Así el público berciano se quedaba en el “Vicente Trueba” para ver este encuentro ya que podía suponer el ascenso de los ponferradinos. Incluso se sentaban detrás del banquillo vallisoletano para darles ánimos.

Sin embargo pronto se vería que los gijoneses no habían ido de paseo a Torrelavega. La imagen era totalmente distinta y desde el segundo cuarto se vería que el Grupo era el dominador del partido con un buen Eloy Arias dominando las zonas y los triples del maragato Villadangos.

Tal era el panorama, viendo factible la victoria gijonesa, que el secretario técnico, Luis Daniel Enríquez, se llevaba a la plantilla de Ciudad de Ponferrada al hotel para que se aislase y concentrase de cara al decisivo partido del domingo. En el pabellón quedaba el resto de la expedición y el público animando al Zarzuela Maristas, que incluso tuvo una reacción empatando el partido pero cayendo en los últimos instantes por tres puntos (80-83).

Tocaba ganar al Grupo Covadonga en la última jornada para completar el ascenso a Liga EBA. La afición se iba a pasar la noche a Santillana del Mar, mientras entrenadores, directivos y el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Ponferrada se dirigían al hotel.

Una densa lluvia nos acompañaba de camino al hotel. El día triste, sobre todo para el aficionado al deporte de Torrelavega. El Merkamueble se había quedado sin muchas de sus opciones de ascenso a Liga EBA y la Gimnástica había empatado en el Malecón con el Racing “B”, con lo que certificaba prácticamente su descenso a Tercera División.

DE LA EUFORIA AL PESIMISMO, Y RÁPIDAMENTE A DESCANSAR.

Casi eran las diez y media de la noche cuando el equipo empezaba a cenar en una jornada donde hubo multitud de sensaciones de diverso tipo. Ahora tocaba el pesimismo, ya que después de la euforia se veía que el equipo iba a tener que trabajar en el último partido contra el Grupo (que acababa de demostrar que era un buen equipo) para lograr el ascenso.

Además, la dura batalla cántabra había dejado muchos jugadores resentidos, y con magulladuras por lo que no se acudiría al último partido en la mejor de las circunstancias. Y en este ambiente y a la hora de cenar, lo mejor era una sesión de chistes de Jaime para cambiar las caras: El del Dalai Lama y el alcalde de Langreo, el del médico que va a un nuevo pueblo, el de la riña y la niña…

Entrenadores y jugadores veían las carcajadas de la mesa donde estaba Jaime y rápidamente esbozaban también sonrisas. El único que no había bajado a cenar era el concejal de Deportes, quien se quedaba descansando ya en su habitación.

Tras la cena, nuevamente era turno para Elisa Colomina y sus masajes a los jugadores, un sobre trabajo ya que todos presentaban contracturas y había que trabajar duro para recuperarlos para un partido que empezaba ya en menos de doce horas.

Parecía por momentos que habíamos perdido el ascenso y por ello, mientras los jugadores ya estaban descansando en sus habitaciones, sobre las once y media de la noche entrenadores y directivos íbamos a tomar un café al centro de Torrelavega y de nuevo tocaba sesión de chistes de Jaime para levantar el ánimo. Ponferrada tenía más opciones que nadie, pero el haber tocado ya el ascenso el sábado y tener que jugársela el domingo cambiaba el ánimo.

Unas risas, y ciertas supersticiones para antes de la batalla final. Uno que tenía que comprar tabaco y otros quedando para ir a misa antes del partido. Y todos ya a dormir.

El partido comenzaría a las diez de la mañana y el toque de diana estaba puesto para las siete y media por lo que todo lo que se durmiese era tiempo que se ganaba. Había que vencer como fuese para ascender. Si se perdía, se llegaría a una situación de triple empate del que saldría siempre perdiendo Ponferrada y Merkamueble ascendería ganando a Zarzuela, sino sería Grupo el que subiese.

En caso de perder, si fuese por menos de 11 puntos, Ponferrada acabaría segundo y debería jugar una repesca en Madrid y ante unos equipos potentes (Torrelodones y CREF Hola) que nadie deseaba. Tocaba dormir y reponer fuerzas para la cita más importante.

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